Jóvenes Erasmus de trece países, recitando, danzando,cantando, cada uno, en su idioma. El áspero acento del alemán. Los sonidos deconocidos del finlandés. La musicalidad del italiano. Los chicos y las chicas, llenos de vida, expresándose a sí mismos, expresándonos a todos.
Fue hermoso estar allí.