Sacude el alma, amor.
Nos vamos.
Nos vamos en la fría madrugada.
Sacude los recuerdos y los días.
Sacude el odio y la desesperanza.
Nos vamos por la calle de la vida.
Nos vamos donde habita la alborada.
Donde los hombres siguen siendo hombres.
Donde la tierra sigue cultivada.
Donde las manos siguen construyendo.
Donde la risa sigue siendo clara.
Donde los niños juegan en los patios.
Donde el trabajo en libertad se labra.
Donde los fuegos arden por la noche
en los hogares y en las acampadas.
Sacude el alma, amor,
que los caminos
siguen abiertos para la esperanza.
Para los corazones y los cuerpos,
para la siembra y para la labranza.
Vamos a levantar lo derribado,
los sueños, los anhelos y las casas,
las mentes, las entrañas, los deseos,
los bosques inmortales del mañana.
Sacúdete el dolor y la tristeza,
que la tarea del amor nos llama.
Como antes. Como entonces. Como siempre.
La vida siempre ha habido que crearla,
y que reconstruirla, y que quererla,
y que echarle sudor, y tiempo, y magia.
Levanta, que la tierra silenciosa
sigue necesitando tu mirada.
A.S.