Empieza una las vacaciones y enseguida se sorprende descontando días y poniéndose nerviosa a medida que el tan esperado ( y limitado) tiempo se escurre inmisericorde, el muy cabrón, y se aproxima la hora inexorable de regresar al tajo.
Y luego va y resulta que no es tan terrible.
Lo imaginado parece así como mucho peor que lo vivido (incluso).