Sí. Dios se ríe de nuestros planes.
Dios se ríe de lo que creemos. De lo que esperamos.
De todo lo que importa un huevo en nosotros.
Pero a veces algo toca lo esencial con lo esencial.
Y entonces... Entonces no se ríe ni Dios.
Entonces las cosas son como son.
Y punto.