Ha aparecido de pronto una bebota de ochenta años, ciega y sorda, completamente desorientada, a la que hay que dar de comer, llevar al baño, limpiar, lavar, cambiar pañales, vestir, desnudar... mientras ella no para de protestar, pedir y afirmar que soy una fiera y una hiena.
Las cosas suceden.
Y yo me maravillo del magisterio de la vida.
Y del regalo de la calma.