No estás aquí.
En realidad,
no te conozco
demasiado.
Ni siquiera
estoy yo,
ni me conozco
demasiado
a mí misma.
No es más
que un poco de dolor,
un poco de asombro
de que algo tan antiguo
esté tan irrazonablemente presente.
Mucho más presente
de lo que tú
o yo
hemos estado
o estaremos
nunca.
A.S.