Camino
de mí misma,
transitando
por un paisaje
sin color,
hay,
a pesar de todo,
tiempo
para desordenar
todo lo falsamente
colocado,
tiempo
para
despojar
de su nombre
a todo lo que ha perdido forma,
lo que ha perdido
tamaño,
peso,
mundo,
lo que ha retrocedido
a un ser más primitivo,
anterior a nosotros,
anterior a ese verbo pronunciado
que sacó de la nada
una
burbuja poderosa
de plenitud.
A.S.