Amarte en la pureza de tu cuerpo.
Rozar apenas
la linea de la piel que te contiene.
Contener tu vacío,
deshacerme
en el íntimo espacio de tu centro.
Amarte sin amor,
amarte en nada,
en la apenas materia del silencio,
en la apenas materia silenciosa
de ser amor y ligereza y centro.
Amarte sin sentirlo,
unidos en tu vuelo y en mi vuelo,
sin más necesidad,
en simple gracia,
en la mutua apertura de lo abierto,
en la intacta niñez recuperada,
en la inocencia del descubrimiento,
en la virginidad de lo ignorado,
en la casa sin nombre de lo nuevo,
en el misterio de la encrucijada,
en la corriente de un momento eterno.
A.S.