Yo sé que mi camino no es el camino. Pero es mi camino. El que me expresa. El que es yo. El que voy construyendo de mi propia sustancia, como la araña su tela. En el acierto y en el error, si es que tales conceptos tienen algún significado.
Y en ese camino utilizo las metáforas que mejor se me adecuan. No porque sean más o menos verdaderas, sino porque me facilitan el pasaje. El pasaje de no sé dónde a no sé dónde. De mí a mí, del mí anterior a mí al mí más allá de mí.
Porque yo, camino, pasaje, anterior y futuro estan en mí y son yo. Yo en expresión.