Caminar
asida de mí misma,
tal vez
sentarme
un rato
a contemplar
cómo giran los cielos,
cómo giran
las horas
de mi vida,
sin desertar
de mí,
en-si-mismada,
apoyada
únicamente
en mí,
en la mujer
que va ganando
soledad
en la batalla
de cada noche
pasada
en la verdad.
A.S.