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jueves, 27 de septiembre de 2012

Dejar de contarnos la historia que nos contábamos

"...Cualquier cosa que evites en la vida volverá una y otra vez hasta que estés dispuesto a afrontarla, a examinar detenidamente su verdadera naturaleza... Una vez más, la única manera de saber que hemos contemplado la verdadera naturaleza de algo es dejar de contarnos la historia que nos contabamos... A través de la indagación llegamos a ver que todas las creencis tienen el mismo valor. Lo que pienso que alguien debería o no hacer no tiene valor. Y lo que realmente hizo tiene el mismo valor que lo que creo que debería haber hecho. Las polaridades del pensamiento sólo se equilibran cuando vemos que nuestros pensamientos, juicios y opiniones son tan verdaderos como sus opuestos. Si el pensamiento opuesto es tan válido como aquel en el que creo, toda la estructura del pensamiento se colapsa. Si una opinión diferente tiene tanto derecho a existir como la mía, es imposibe decir qué opinión es verdadera. Ambas son reales e irreales. Cuando vemos esto, se produce el equilibrio interno de los opuestos, y el pensamiento ya no etá polarizado. Sólo cuando el pensamiento está equilibrado de esta manera, su estructura dualista pierde validez y empieza a colapsarse...
Llegamos al nirvana a través del samsara. Alcanzamos la verdad y la libertad a través de la atadura. Logramos ver la verdadera naturaleza de las cosas al ver con transparencia su naturaleza ilusoria. no llegamos al nirvana evitando el samsara. No llegamos al cielo evitando el infierno o intentando dejarlo d lado. No conseguimos la claridad evitando la confusión, ni la libertad evitando lo que nos ata... Nuestras ilusiones -las creencias a las que nos aferramos- son las puertas hacia nuestra libertad. Simplemente tenemos que entrar por ellas, sin apego ni aversión. No debemos creerlas, pero tampoco huir de ellas. Tenemos que ver cada momento de aparente atadura como una invitación a la libertad. Entonces se convierte en un acto de amor, en un acto de compsión,para dejar de huir.
Cada momento es el momento que ha de ocurrir. Cada experiencia que tenemos es la invitación divina. Puede ser una invitación hermosa o atroz, pero cada momento es la invitación. no podría insistir mas en esto: la textura y el flujo de nuestras vidas, momento a momento, es lo que revela la libertad. La vida misma nos muestra lo que tenemos que ver con claridad para ser libres."
(Adyashanti: El final de tu mundo)