aenlibertad@gmail.com



Nuevo blog:

POEMAS Y TEXTOS (nombrando paisajes, misterios y silencios) ameliadesola.blogspot.com.es



sábado, 10 de marzo de 2012

Mirar de frente a la vida

Definitivamente, de esta vuelta no me ilumino.
No si la cosa es como la cuentan.
No si la cosa es como dicen los que dicen que lo saben.
Tal vez, por eso, lo de "mística en excedencia", que apuntaba en uno de mis poemas, no sea, al fin y al cabo, ninguna tontería.
Amo este mundo. Amo la vida. La mía y la de todos.
Amo, apasionadamente, las historias, las historias pequeñas o grandes, individuales o colectivas, importantes o triviales.
Amo lo que nos hace individuos.
Paso del desapego. Paso cada vez más del desapego.
Es más, creo que mi camino, y puede que el camino, pasa por un apego creciente.
Creo que la vía de una consciencia cada vez más plena y abarcante pasa por dar importancia, por dar la importancia infinita, incomensurable que tienen, a muchas, a demasiadas, a casi todas las cosas por las que pasamos de puntillas, a las que nos negamos a mirar de frente; las cosas de cuya profundidad, de cuya radical profundidad, huímos para que no nos pueda el miedo, para no sentirnos abrumados por su insoslayable seriedad.
La vida. El dolor. La alegría. Los hijos. El amor. El trabajo. La lucha cotidiana. La ética. El crecimiento. La limitación. El tiempo. La muerte. El significado total de todos y cada uno de nuestros actos. El signifcado total de todas y cada una de nuestras abstenciones.
Si miramos, si miramos directamente a los ojos a todos y cada uno de los únicos e irrepetibles aspectos de los que se compone nuestra vida, de los que nos componemos, ¿cómo vamos a hacer para aguantar la tensión de responder a ellos con la profundidad que verdaderamente demandan? ¿Podremos a prender a tomarnos en serio? ¿Podremo aprender a tomarnos en serio nuestra vida, a tomarnos en serio a nosotos mismos? ¿Podremos aprender a vivir con la profundidad que es nuestro derecho, nuestro don y nuestra carga, o saldremos corriendo hacia la alienación y el "como si"? ¿Aprenderemos a vivir una vida auténtica, o continuarems conformándonos con una vida a medio gas, con un potencial a medio gas, con un amor, un trabajo, una muerte a medio gas?
No estoy hablando de inflaciones maniacas. No estoy hablando de creernos héroes o arquetipos. No estoy hablando de misiones imposibles ni de grandiosidades aberrantes. Estoy hablando de seriedad. De autenticidad. De una sencilla, humilde,
verdadera vida humana. Estoy hablando de vivir hasta el fondo mi dolor, mi alegría, mi contradicción, mi amor, mi muerte y mi destino.
Estoy hablando de reconocer como la fuga que es esa tendencia al "despego", esa ambición "iluminatoria" de quien no se atreve a vivir, a reclamar su vida y su destino, a través y más allá de todos los "no puedes", "no debes", "no sabes", "no eres".
Estoy hablando de traspasar la puerta hacia un nuevo nivel de profundidad, me lleve a donde me lleve, con amor, con respeto, con miedo, con veneración.
Estoy hablando de ser y encarnar a quien voy siendo. De reclamar eso que viene, eso que adviene de mi centro, y que me impulsa hacia un destino que amo y que temo sin conocerlo.
Estoy hablando de tomarme en serio a mí misma, y a mi vida, y a la vida.
Estoy hablando de algo que desconozco. De un nuevo nivel del ser.
No es para mí, no, la iluminación, ni el desapego, ni el renegar de una vida a la que apenas empiezo a conocer. Una vida de la que apenas empiezo a atisbar su infinita profundidad, su infinita extensión, su infinita capacidad de encarnar el ser.
Me va a faltar tiempo, me va a faltar eternidad para internarme en ese sagrado cosmos del destino, para encarnar hasta las heces ese destino, para mirar de frente a todos y cada uno de los paisajes de mi alma, de los paisajes de tu alma, de los paisajes del alma, y adentrame en cada uno de ellos sin deshonestidades ni fugas.
Apenas estoy en la infancia de mi destino.
Ojalá tenga amor, sabiduría y fuerzas para recorrerlo al completo. En todas las vidas, los tiempos, las eternidades que necesite.
Amén.