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martes, 27 de marzo de 2012

Feminismo: Selección de textos

Rescato aquí una pequeña selección de textos feministas, precedidos por una sucinta introducción, que publiqué hará no menos de doce o quince años en una revista virtual de filosofía, y que para mi sorpresa, y como si hubiera adquirido vida propia, he visto reproducida, siempre mencionando mi autoría, en otras publicaciones de la red.

"El feminismo es una apelacion al buen sentido de la humanidad."
Mary Wollstonecraft

Resulta poco conocida, fuera de los ámbitos especializados, la importante producción teórica que filósofas y pensadoras feministas están realizando en ámbitos tan relevantes como ética o teoría crítica, entre muchos otros.

De especial interés resulta la polémica que, en el seno del pensamiento feminista, se está dando en la actualidad entre los llamados feminismo de la igualdad y feminismo de la diferencia.

El feminismo de la igualdad, de raigambre ilustrada, pese a una implacable crítica a los aspectos oscuros de la modernidad (podría hablarse de un pensamiento feminista de la sospecha), reclama para las mujeres el pleno estatus de sujeto humano, radicalizando la idea de universalización de los derechos humanos, haciéndolos realmente (y no solo formalmente) extensivos a toda la especie y terminando, por tanto, con cualquier atisbo de "doble código". En palabras de C. Amorós:"...feminismo de raíz ilustrada que se articula fundamentalmente en torno a las ideas de libertad e igualdad, entendida como autonomía individual, como horizonte regulador y normativo". Autoras representativas de esta tendencia son la filósofa de Harvard Seyla Benhabib o las españolas Celia Amorós y Amelia Valcárcel.

Por su parte, el feminismo de la diferencia, articulado en torno a autoras francesas como Luce Irigaray, e italianas como el colectivo filosófico Diótima, llega a afirmaciones tan radicales como que existen no uno, sino dos sujetos de conocimiento diferenciados, e insiste en la necesidad de un conocer y pensar el mundo específicamente femeninos. Según C. Amorós: "..se caracteriza...por su impugnación a radice del proyecto ilustrado, que, o no es en modo alguno su referente, o lo es en el sentido polémico de enmienda a la totalidad por intrínsecamente masculino. ..Esta tendencia se configura...en torno a la problemática de la constitución de una nueva identidad femenina en el contexto de la crisis del sujeto y la polémica sobre la relación modernidad-postmodernidad, interpretada aquí como ruptura, más que como dialéctica." El feminismo de la diferencia ha recibido fuertes críticas por su trasfondo esencialista, y se ha puesto de relieve que esa reivindicación de la diferencia podría terminar poniendo en peligro los espacios de libertad conseguidos por el movimiento de las mujeres.

Para profundizar algo mas en el pensamiento de la igualdad es interesante leer el nª 6 de la revista de filosofía Isegoría, dedicado a ética y feminismo. Sobre feminismo de la diferencia se puede comenzar con el libro de Mª Milagros Rivera "Nombrar el mundo en femenino".

Lo que sigue son algunos textos que me han parecido ilustrativos.


María Milagros Rivera Garretas

"Diferencia sexual se refiere directamente al cuerpo, al hecho de que, por azar, la gente nazcamos en un cuerpo sexuado. ..A este nacer en un cuerpo sexuado, el pensamiento de la diferencia sexual le ha llamado "un hecho desnudo y crudo". Un hecho sin cobertura simbólica...un hecho que no ha sido mínimamente humanizado...que se ha quedado fuera de la cultura, fuera del pensamiento, fuera de la filosofía tal como la conocemos, fuera, incluso del lenguaje...

Esto quiere decir que en la epistemología corriente, en la organización dominante del conocimiento, las mujeres hemos quedado fuera. Porque, tradicionalmente, el sujeto del pensamiento, el sujeto del discurso, el sujeto de la historia, el sujeto del deseo, es un ser masculino que se declara universal, que se proclama representante de toda la humanidad. Según el pensamiento de la diferencia sexual, el sujeto del conocimiento no sería un ser neutro, sino sexuado, y el conocimiento que ese sujeto pretendidamente universal ha producido a lo largo de la historia sería solamente conocimiento masculino...en el que las mujeres no nos reconocemos. Porque, en las sociedades patriarcales, los hombres habrían construido su identidad masculina como única identidad posible, y nos habrían negado a las mujeres una subjetividad propia. De ahí la condena ancestral al silencio. Por tanto, lo que conocemos como femenino en el patriarcado no sería lo que las mujeres son o han sido en el pasado, sino lo que los hombres -o algunos hombres- han construido para ellas, han dicho que ellas son...

Que la formulación teórica más completa de la práctica de la libertad femenina en términos de diferencia sexual se haya producido en la Europa del siglo XX tiene que ver con la filosofía postmoderna y, antes, tiene que ver con la culminación formal del proyecto de igualdad entre los sexos de raigambre humanista e ilustrada. Cuando las primeras generaciones de alumnas accedieron a la universidad sin trabas legales, se pusieron a estudiar sistemáticamente el conocimiento corriente, percibieron sus grandes vacíos, no se reconocieron en él, no hallaron en la tradición filosófica dominante un lugar en que significarse, un lugar donde establecer con libertad su sentido de sí. Y les pusieron nombre a las cosas que ellas efectivamente percibían. El relato que hizo en 1986 María Zambrano (1904-1991) de su génesis de la razón poética ...expone dramáticamente la sensación de ajenidad ...que probablemente han compartido en algún momento de su vida bastantes genias muy cultas y emancipadas del siglo XX:

...Mi razón vital de hoy es la que ya aparece en mi ensayo "Hacia un Saber Sobre el Alma"...Yo creía, por entonces, estar haciendo razón vital y lo que estaba haciendo era razón poética...Yo le llevé este ensayo...al propio don José Ortega, a la Revista de Occidente...El, tras leerlo, me dijo: "Estamos todavía aquí y usted ha querido dar el salto al más allá"....Yo salí llorando por la Gran Vía ...Y de ahí parten algunos de los malentendidos con Ortega, que me estimaba, que me quería...Y yo a él. Pero había...como una imposibilidad...Esa razón poética ...aleteaba en mí, germinaba en mí. No podía evitarla, aunque quisiera. Era la razón que germina, una razón que no era nueva, pues ya aparece antes que Heráclito...Puede decirse que no faltaban las coincidencias. Los dos seguíamos el rastro de la aurora, pero cada uno de una aurora distinta. O de la misma, pero vista de otra manera."
(María Milagros Rivera Garretas, Nombrar el Mundo en Femenino. Icaria, Barcelona 1994, p. 81 y sigs.)


Iris Marion Young

"En el esquema social expresado por Rousseau y Hegel, las mujeres deben ser excluidas del ámbito público de la ciudadanía debido a que son las guardianas de la afectividad, el deseo y el cuerpo. Permitir que las llamadas al deseo y a las necesidades corporales agitaran los debates públicos socavaría la deliberación pública fragmentando su unidad...

El mundo burgués instituyó una división moral del trabajo entre razón y sentimiento, identificando masculinidad con razón y feminidad con sentimiento y deseo...la esfera moderna de la familia y de la vida personal es una creación tan moderna como el ámbito moderno del estado y la ley, y forma parte del mismo proceso. La imparcialidad y racionalidad del estado dependen de que la necesidad y el deseo sean contenidos en el ámbito privado de la familia....

La razón normativa moderna y su expresión política en la idea de lo cívico público tiene, pues unidad y coherencia mediante la expulsión y el confinamiento de todo lo que amenace con invadir al estado con su diferenciación: la especificidad de los cuerpos y deseos de las mujeres, la diferencia de raza y cultura, la variabilidad y heterogeneidad de las necesidades, los fines y deseos de cada individuo, la ambigüedad y variabilidad de los sentimientos."
(Iris Marion Young, Imparcialidad y lo Cívico Público, en Benhabib y Cornella, Teoría Feminista y Teoría Crítica, Edicions Alfons el Magnanim, Valencia, 1990, pag.103 y sigs.)


Luisa Posada Kubissa

"De modo que la reclamación universal de Kant de "¿Qué es la ilustración?" de 1784, en el sentido de emancipar a la razón humana de todo sometimiento, yugo o sumisión a cualquier otro tutor heterónomo a la razón misma, hay que entenderlo restringido al ámbito de los seres racionales de sexo masculino pues, para las mujeres, seguirán siendo necesarios los tutores que las guíen en su minoría de edad, de hecho, tales tutores, para el caso de su contacto con el conocimiento, no habrán de ser otros que sus propios maridos. Con lo cual, no sólo se recorta sustancialmente la pretendida universalidad en la filosofía ilustrada de Kant.... sino que, como ya es patente a estas alturas, excluye a las mujeres del ámbito ético, niega su actuación por el deber y, a la vista de la función esencial que el ámbito práctico-moral juega para el sistema de la razón mismo, las convierte en una "bella" irracionalidad, cuya única vía de participación en los elevados fines de la humanidad emancipada por la razón pasa por su sometimiento al entendimiento y la virtud "sublimes" del sexo masculino.

Lo que Úrsula Nolte, en su reflexión sobre Kant, considera un mero desajuste intelectual sin más, era ya interpretado en 1953, con menos esfuerzo teórico pero mayor contundencia, como simple y pura misoginia por Buytendik. Otras posturas hermenéuticas más matizadas encuentran la clave del pensamiento kantiano sobre los sexos en una actitud ambivalente, que, por un lado, participa del modelo de pensamiento moderno-burgués -por cuanto entiende el matrimonio como pacto- mientras que, por otro lado, presenta rasgos pre-ilustrados y pre-burgueses cuando se refiere al contenido de ese contrato. Así, para Kant, en el fondo del contractualismo conyugal subyace la lucha entre los sexos y no el vínculo amoroso que caracteriza la comprensión moderno-burguesa del matrimonio. Se trate de una misoginia pre-ilustrada y ancestral en Kant, o del cruce entre dos concepciones históricas en transición, el hecho es que, para este filósofo, ambos sexos se hallan tajantemente separados." (Luisa Posada Kubissa. Cuando la razón práctica no es tan pura, en Isegoría, nº 6, pag. 21 y sig.)

Introducción y selección: Amelia de Sola