"Si tu autoestima no está bien, seguirás atrayendo a tu vida relaciones de aprendizaje y no de celebración. Esto no es ni bueno ni malo; simplemente es aprendizaje, fricción, sufrimiento, superación de limitaciones para llegar a enfrentarse con el vacío que sólo se llena con tu propia autoestima. Cuando las lecciones de nuestros primeros maestros* (*nuestros padres) son aprendidas interiorizándolas, dejamos de atraer a maestros secundarios que nos posibilitan seguir aprendiendo las lecciones de la autoestima. Cuando nuestra autoestima está sana, cuando nos sentimos llenos de nosotros mismos y cuando aprendemos a disfrutar de la soledad porque no nos sentimos solos, sino en compañía del ser que mejor nos conoce y nos ama y nos valora, que es uno mismo, cuando no necesitamos que nadie nos refleje nuestras virtudes o nuestros defectos, cuando sabemos disfrutar de cada uno de nuestros momentos y circunstancias, entonces es cuando estamos preparados para el encuentro..."
(N. Llinares)
