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martes, 17 de julio de 2012

Un hombre honrado

“Soy de derechas, pero no se puede recortar el sueldo de los más débiles”

El alcalde de Robledo de Chavela, tilda de "indigno" tocar el sueldo a los funcionarios

"Hay otras fórmulas que se pueden tomar antes que esta", sostiene Mario de la Fuente

Opina que el PP "debería expulsar" a Andrea Fabra por sus polémicas declaraciones


En tiempos de penuria, los símbolos adquieren un carácter trascendental. Acostumbrados a los eufemismos a los que los políticos recurren para no llamar a la realidad por su nombre, ayer llegó un discurso rompedor desde Robledo de Chavela. Diferente. Crudo. A casi 70 kilómetros de la metrópolis. Un mensaje desde las tripas en el que se reprodujeron palabras malditas como rescate —en vez de un “crédito en condiciones favorables”— o recortes —en lugar de ajustes—. “Es indigno que se toque el sueldo de los empleados públicos cuando luego se rescata a los bancos... No se puede recortar el sueldo de los más débiles, de la parte más frágil. Esa debería ser la última medida. Antes hay otras fórmulas, como que no haya tantos cargos de confianza o que los diputados no cobren lo que cobran. ¡Es inmoral!”, expresó su alcalde, Mario de la Fuente.
Arropado por medio centenar de trabajadores de correos, limpieza, policías y administrativos, De la Fuente rompió los votos y quebrantó el discurso oficial del Partido Popular. Lo hizo concentrándose con los empleados municipales durante media hora a las puertas del Ayuntamiento. “Soy de derechas y leal a mi partido, y por eso digo lo que digo. Estoy aquí a título personal, como un compañero más de los trabajadores que hoy han salido a la calle. No quiero que los partidos políticos ni los sindicatos lo utilicen a su favor. Es mi libertad, tengo principios y con esto no daño a nadie... Pero ante lo que está pasando no se puede estar callado. Ya está bien de ser políticamente correctos, y así lo expreso: Es una injusticia que le quiten la paga de Navidad a los funcionarios”, opina el alcalde del municipio desde 1995. En las últimas elecciones, en mayo del año pasado, logró ocho concejales (1.187 votos) por los dos del PSOE (323) y el que obtuvo el partido local APIR (261).
“Es un alcalde realista, con los pies en la tierra, que sabe lo que pasa a pie de calle. Suprimir la paga extra supone que no puedas pagar la hipoteca, ni la escuela ni nada...”, piensa Ángeles Mejía, funcionaria municipal. “A un auxiliar que cobra 1.090 euros no se le puede quitar la paga de Navidad, no tiene nombre”, interviene José María Torronteras, “votante del Partido Popular de toda la vida”. “Si don Mario necesita que le atice a alguien con la garrota, así lo haré. Estaba con él antes y lo estoy ahora”, dice Teófilo, un viejecito con alma de niño que añade, con la solemnidad de lo que parece una revelación: “Se vota a las personas, no a las siglas”.
La sinceridad de De la Fuente, verdades como puños, alcanza su apogeo cuando se centra “en la casta política”. Aunque sea la de su partido. “¿Pero cómo nos van a ver bien los ciudadanos con ejemplos como el Andrea Fabra? El PP tendría que haberla expulsado al día siguiente del ‘que se jodan’ famoso. Es una frase horrorosa, pero como es hija de fulanito de tal [Carlos Fabra, expresidente del PP de Castellón]... Y desde luego la excusa de que no iba dirigido a los parados sino a los socialistas no es de recibo”.
Las posibles consecuencias por saltarse el guion oficial no inquietan al regidor, que antes de centrarse en el día a día de Robledo es panadero. De dos de la madrugada a nueve y media de la mañana. “Me gusta amasar el pan, hacerlo me hace feliz, y si el partido me dice algo es su problema. Yo puedo decir con mucho orgullo que cogí a Robledo con una deuda de 50 millones de pesetas [300.000 euros] y ahora tiene un superávit de esa cifra”, se encoge de hombros De la Fuente, que se despide entrando en su tahona, La Espiga de Oro. “Soy de Robledo de Chavela. Solo quiero vivir y morir aquí. Pero no lo haré tranquilo si no le dejamos un futuro digno a nuestros hijos”. “El pan es como él, duro pero tierno”, apunta una lugareña.