Cada vez
me interesa menos
-o tengo menos fuerzas
para-
preguntarme quién soy.
Parezco conformar un recipiente
-una sencilla olla-
donde hierve,
se cuece,
se cocina
-y tal vez se convierte
en algo comestible-
una porción
de la implacable
crudeza
de la vida.
Para consumo
-cabe suponer-
del ignorado
cocinero
y de sus
ignorados
comensales.
A.S.