Amo
tu
rendición,
tu hermosa,
masculina
manera
de
abrirme
el centro
y
la inocencia
(como hace
un animal
que
muestra
el vientre
en la batalla).
Amo
el valor
con el que
te
desarmas,
con
el que
te
confías
a mi
sola
mirada.
Amo
la sencillez
con
la que
encuentras
el camino
de mi
corazón.
A.S.