Duerme, mi niño.
Duerme
bañado en luz de luna.
Duerme
en los brazos
de la madre
Noche.
Atraviesa,
en tus sueños,
doscientos universos,
cien mil
jardines
estrellados,
un millón
de
nacimientos
solares.
Vuelve a
tu casa
celestial
de un
vuelo.
Y
(pase
lo
que
pase)
duerme
tranquilo,
envuelto
en el
centro
indestructible
de
tu
inocencia.
A.S.