No es fácil, baby.
No es fácil,
y
a veces duele
tomar decisiones.
Duele, sí, decidirse,
o permitir
que lo que se ha decidido
a sí mismo
emerja,
como una burbuja,
de las profundidades.
Emerja, baby,
desde lo más profundo
y nos inunde.
Pero lo más difícil,
lo verdaderamente duro,
es lo que viene luego.
Los días, baby,
los días incontables
de vivir
lo que se ha decidido.
Los meses, años, vidas,
de ir encarnando
la jodida burbuja
que nos inunda.
A.S.