A los vampiros
les gustan los vislumbres, baby.
Unos buenos vislumbres
de los que apoderarse...
Qué magnífica espcie
esta de los vampiros,
siempre dispuesta,
siempre tan saludable,
siempre capaz
de alimentarse
de todo lo que encuentra.
Qué bien les saben
estos ricos vislumbres.
Estos ricois vislumbres
tan adictivos...
Más que el tabaco, baby
(mira lo que te digo),
No hay como un buen vislumbre
para acabar
completamente
aficionado.
Y qué cansancio
de tanto ir y venir.
de tanto mamoneo
y tanta hambre.
Qué jodido cansancio
de todo el rollo, baby.
De todo el rollo
vampírico-adictivo
que no se acaba.
Que no se acaba, baby,
por más que se vislumbre.
Que no se gasta,
como una buena tela
de las de antes.
¿No querrá nadie
comerse de una vez
al puto pollo?
Al puto pollo,
dorado y en su punto,
ahora que ya se acerca
la nochebuena...
(o el fin del mundo según los Mayas, que siempre es buena ocasión para comer pollo...)
A.S. la de los vampiros...
