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martes, 28 de agosto de 2012

El mal: Otra vuelta de tuerca

"...La mayoría de nosotros estamos atrapados por el poder de los fantasmas y demonios de algún momento de nuestras vidas. Todos tenemos lugares secretos de vergüenza, creencias infantiles acerca de nuestra "maldad". Todos tenemos una culpa real y adulta por nuestros pecados de comisión u omisión. Todos tenemos momentos en los que nos descubrimos haciendo, pensando o sintiendo cosas que sabemos que no son gentiles o incluso son perversas. Generalmente estamos desconectados de la fuente de esa maldad dentro de nosotros y a menudo nos vemos tentados a desconocer o justificar nuestra negatividad.
No obstante, tarde o temprano, la vida nos lleva a reconocer que nosotros somos la fuente de las oscuras manchas que decoloran nuestro mundo, la oscuridad que emana de nosotros. El mal vive en cada ser humano en la forma de lo que el Pathwork llama el ser Inferior. El momento en que reconocemos a nuestro Ser Inferior es un instante sagrado que marca un punto crucial en nuestra sanación espiritual. Logramos hacer que las proyecciones no gentiles y hostiles de maldad que dirigimos a los otros vuelvan hacia el interior y simplemente, con humildad, aceptamos que la oscuridad es nuestra. "Sí", decimos, "me perteneces. Te acepto como algo mío". Nuestro orgullo cede y nuestro corazón se abre. Cuando conscientemente aceptamos la maldad que hay dentro de nosotros, nuestro honesto reconocimiento sana la infelicidad en su origen: nuestra alienación espiritual de Dios.
...Nos cuesta aceptar que podemos tener un Ser Inferior y merecer que nos amen, que tenemos los dos lados, la maldad y la bondad... Escogemos actuar según el programa de nuestros seres inferiores de manera inconsciente como una defensa que evita sentir los profundos dolores de nuestra infancia imperfecta, el inevitable dolor de nuestra vida de adultos y la desesperación existencial de nuestra separación de Dios. También nosotros quisiéramos estar por encima de nuestra intensa vulnerabilidad, controlar la vida y a la demás gente, escondernos del sentimiento de desamparo existencial de ahora y de cuando éramos pequeños. Aunque tal vez no hayamos sido maltratados abiertamente... todos albergamos sentimientos de haber sido víctimas, y con ellos justificamos nuestra negatividad. nos resistimos a mirar directamente nuestra maldad y a llamarla por su verdadero nombre...
...El ser Inferior es el centro creativo de las actitudes y sentimientos negativos hacia uno mismo y hacia los demás que surge de nuestra egocéntrica separación de la totalidad de la vida. es nuestra defensa en contra del dolor, nuestro adormecimiento ante las emociones, nuestra desconexión de nosotros mismos y del resto de la gente. Y es la negatividad que manifestamos hacia el exterior como resultado de ese adormecimiento.
...Proyectamos en los demás el papel de "enemigo" a fin de darnos permiso para tratarlos mal, forzándolos a actuar u  papel dentro de nuestros melodramas secretos, en vez de respetar la integridad que han recibido como un don divino. El ser Inferior surge de la falsa creencia de que nuestro mente-cuerpo separado puede vivir una vida escindida del tejido constituido por todos los demás seres vivos y del cual, de hecho, no somos más que una sola hebra entretejida. La esencia del Ser Inferior es la intención negativa de permanecer separados del resto de la vida y posteriormente agrandar esa separación...
Todo ser humano que vive en la dualidad del plano terrestre se resiste, en mayor o menor grado, a rendirse totalmente ante Dios. Nos resistimos a identificarnos completamente con nuestra esencia divina, con el flujo de la energía divina que constituye nuestra verdadera naturaleza. La decisión de identificarnos con nuestra resistencia y con nuestro ego aislado es lo que crea nuestra capacidad par el mal...
...El ser Inferior es el lado oscuro de la fuerza vital... también es energía esencial, poderosa y creativa. Todo el mundo tiene distorsiones en su proceder sexual y agresvo. Mientras más miedo tenemos de esas distorsiones, más limitamos la energía disponible para esas expresiones vitales.... Mientras más negamos el poder que tiene nuestro ser Inferior para crear de manera negativa, más débiles nos sentimos en la vida y más tendemos a culpar a los demás o al destino por nuestra mala fortuna.
El Ser Inferior tiene el poder de crear todo el sufrimiento y la negatividad que sentimos en nuestra vida. Es una fuerza poderos y creativa. Cuando enfrentamos y reconocemos dentro de nosotros su poder destructivo, entonces podemos recuperar el poder creativo para volver a dar forma a nuestra vida...
...El orgullo, el voluntarismo y el miedo son el núcleo del ser inferior.... El orgullo nos dice que somos mejores que los demás, de modo que tenemos derecho a sentir nuestra importancia personal y a creer que somos algo especial. El miedo nos dice que debemos protegernos, de tal modo que cualquier cosa que sintamos necesario hacer para defendernos se encuentra justificada. El voluntarismo dice que debemos obtener lo que deseamos cuando queremos, justificando así nuestro egoísmo..."
(Susan Thesenga: Vivir sin máscaras)

(Pero, y el paréntesis es mío, el mal no es algo "personal". Según el Pathwork, una de las "funciones" de la encarnación como seres humanos es asumir, aceptar, purificar y transmutar la negatividad que se nos "asigna" como parte de nuestra personalidad. Esta función da dignidad a nuestro esfuerzo y nuestra rendición, y los convierte en un servicio al todo.) Así, dice el Guía del Pathwork, por boca de Eva Pierrakos:

"Muchas práctica espirituales, de manera genuina, hacen surgir a nuestro Ser Superior, pero no obstante dejan intactos muchos aspectos no desarrollados de la conciencia. Muchas entidades tienen un anhelo tan fuerte de realizar su naturaleza divina intrínseca que, aún mientras están en su cuerpo, olvidan que han venido a cumplir con una misión dentro del plan universal. Esa misión es la purificación y el crecimiento de la "materia cósmica" no desarrollada."