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domingo, 28 de marzo de 2010

Astrología: Yo no creo en meigas, pero haberlas, haylas.

La astrología siempre me produce sentimientos encontrados.
A mi parte contemporánea, intelectual, racional, le parece imposible que un antiguo arte al que, por más que se le busque, no se le encuentra justificación, hable al alma con una insistencia tal que resulta imposible no oírlo, y se imponga al escepticismo con hechos que saltan a la vista como manchas de sangre en medio de la nieve.
Más allá de la astrología popular, cualquiera que pueda leer, aunque sea de manera rudimentaria, una carta natal, y que además sepa algo de mitos y símbolos, se verá arrastrado a un complejísimo mundo, a la vez arcaico y sutil, y, si se aventura sin miedo -o sin demasiado miedo- por ese laberinto, acabará aprendiendo algo -y más que algo- del paisaje de su encarnación y de su vida.
Gente que se dice capaz de bucear en ese arcano oceano ha habido siempre, y, como en cualquier otro campo tan liminar, hay muchísima ignorancia, fanatismo, ingenuidad o, sencillamente, mala fe, en muchos de ellos.
Pero también hay verdaderos genios y maestros.
La corriente que a mí particularmente me parece más interesante es la astrología psicológica, menos preocupada por lo predictivo que por descubrir las tendencias que se evidencian en la carta y que la persona puede reconocer y trabajar. Figuras como Dane Rudhyar, Stephen Arroyo, Richard Idemon o Howard Sasportas se encuadran en esta tendencia, y sus libros, muchos de ellos publicados en castellano,suponen una auténtica renovación, casi podríamos hablar de un cambio de paradigma, dentro del panorama astrológico.
Mi astróloga favorita, sin embargo, es Liz Greene, también perteneciente a la corriente psicológica y fundadora, junto al ya fallecido Howard Sasportas, de una prestigiosa escuela de astrología en Inglaterra. Liz Greene es, además de astróloga, analista jungiana, experta en mitología y poseedora de una de las mejores cabezas
que me haya sido dado admirar, con una mente afilada como un bisturí y una intuición y sensibilidad impresionantes.
Si bien su especialidad es la astrología psicológica, hoy quiero ofreceros algunos párrafos de un librito titulado "Los planetas exteriores y sus ciclos" (1983), que recoge, entre otras, una conferencia sobre astrología de las naciones, en concreto sobre la entonces llamada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), publicada cuando aún gobernaba en ella Brezhnev, es decir, años antes de que aparecieran en escena Gorbachov y su perestroika.
Dejo hablar a Liz Greene:
"Cada vez que Saturno ha pasado sobre el sol natal (de la URSS), el líder ruso ha muerto o ha sido destituido. Eso fue lo que sucedió cuando Stalin sucedió a Lenin, cuando Kruschev sucedió a Stalin, y cuando Brezhnev sucedió a Kruschev. Brezhnev no debería tardar en caer, ya que Saturno entrará en Escorpio dentro de pocos años... Lo que nunca le ha ocurrido todavía a Rusia es que se le aproximara el tránsito de Plutón a través de Escorpio. La entidad política actual (La URSS) es demasiado joven para haber experimentado ese tránsito con anterioridad. Y tengo bastante curiosidad por ver lo que puede ocurrir. Si Saturno es capaz de hacer rodar la cabeza del gobierno, ¿qué es lo que no podrá hacer Plutón? Es posible que toda la estructura sufra un cambio. Plutón siempre trae cambios profundos y libra a la persona de todo lo antiguo. Es una especie de hado. Si la persona no puede adaptarse al desafío del cambio, entonces se derrumba. Es muy posible que ello ocurra en Rusia, ya que no demuestra ninguna inclinación a alterar de ninguna manera el sistema... La URSS es un conglomerado de muchas y muy diferentes naciones, y no todas ellas han aceptado de buena voluntad este matrimonio... En parte interpretaría que esos tránsitos significan la desunión de la interconexión entre los países que constituyen la Unión Soviética... De una manera simplista, yo diría que habrá una tremenda erupción del colectivo, tal vez el comienzo de una revolución interna, en un momento en el que la autoridad central no estará en disposición de impedirla. Entonces sobrevendrá un periodo de desintegración junto con el potencial para un nuevo nacimiento... Por lo tanto, es posible que Plutón incorpore literalmente el significado de muerte, y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas deje de ser una nación."
Como profecía exacta hasta los detalles, no tiene desperdicio. Nadie, ni analistas políticos, ni economistas, ni estadistas, ni expertos de ningún tipo, pudo prever en ningún momento lo que esta astróloga, a la que el establishment nunca tomará en serio, predijo con años de antelación y cuando nada hacía sospecharlo, basándose en la antigua ciencia de los planetas y las estrellas.
En mi vida he tenido ocasión de asistir a sincronicidades increíbles anunciadas por tránsitos planetarios en mi carta, y yo misma, pese a no ser más que una aficionada, pude predecir (y mantener en silencio mi predicción), con profundo dolor, la posible recaída de la enfermedad que provocó la muerte de la amiga a la que me he referido en un post reciente.
No, yo no creo en meigas. Pero haberlas, haylas.