En estos lugares, la construcción tradicional se hacía con tapial.
El tapial es, sencillamente, tierra humedecida y prensada entre dos tablones, que se quitan después dejando en pie una pared que no es más que la prolongación del propio suelo.
Muros poderosos, gruesos, aún y para siempre con las marcas de la madera, capaces de mantener el espacio interior a una temperatura casi constante, a pesar de los extremos de afuera.
Así son las casas por aquí.
Así es mi casa, antigua. sólida y pueblerina, donde, por más que se lo busque, resulta difícil encontrar un solo ángulo recto.
Me encanta.