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lunes, 27 de septiembre de 2010

La Vía Positiva

Dios es el bien
y todas las cosas que de él proceden
son buenas.
(Hildegarda de Bingen)

Sé muy bien que el cielo, la tierra y toda la creación son grandes, generosos, hermosos y buenos...La bondad de Dios colma a todas sus criaturas y a todas sus obras benditas, y se desborda en ellas sin cesar... A mi parecer, Dios es todo lo que es bueno, y la bondad que hay en todas las cosas es Dios.
(Juliana de Norwich)


Si la creación es una bendición, y siempre es original, entonces nuestra respuesta adecuada a ella sería la de disfrutarla. El placer es una de las experiencias espirituales más profundas de nuestras vidas. El éxtasis es la experiencia de Dios...En la actualidad, el auténtico contemplativo nos enseñará lo que significa volver a contemplar; es decir, llegar a ser uno con aquello que amamos y disfrutamos de una forma tan absoluta que hacemos del acontecimiento un templo sagrado. El auténtico contemplativo nos enseñará el arte de saborear... Si saboreáramos más, nos comunicaríamos de una forma más profunda, nos relacionaríamos de una manera más plena, competiríamos con menos frecuencia y celebraríamos con mayor autenticidad. Estaríamos relacionándonos más profundamente con nosotros mismos, con la creación en toda su cualidad de bendición, con la historia pasada y futura, con el ahora y con Dios... Estaríamos más en contacto con nuestra indignación moral, porque nuestro amor a la vida aumentaría de una forma tan acusada que cada vez seriamos menos tolerantes con las fuerzas de la muerte. El arte de saborear es nuestra oración en la ruta de la Vía Positiva: nos hacemos amigos de la creación y le rezamos, entrando en ella para poder probar su "dulzura de miel", en palabras de Eckhart... La fuente de todo verdadero placer es Dios. Cualquiera que se haya tomado el tiempo para saborear las bendiciones de la vida sabe que son profunda y deliciosamente dulces. Y esto es así de una forma natural.
(Mattew Fox: La bendición original)