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domingo, 4 de noviembre de 2012

Noche de los sentidos

"El terrrible dolor psíquico de esta transición es provocado por la resistencia a desbloquear esas partes reprimidas de nuestro ser, a liberarnos de los miedos y a poseer verdades. Yla extensión de este pasaje también es consecuencia de la resistencia. Condenar, temer, huir o combatir estos demonios aumenta la resistencia y el dolor y prolonga la agonía.
El meditador debería dejar de realizar juicios y fijarse en esas partes del alma que están dañadas... con compasión. El meditador deberá relajarse, entregarse a Dios con total confianza y simplemente dejar que el proceso de curación haga su trabajo de forma rápida y con un mínimo de resistencia y de dolor. Sin embargo... es más fácil dar este consejo que seguirlo... La última cosa que estamos dispuestos a admitir es que tenemos demonios interiores de cualuier tipo, y mucho menos mostrar compasión por estas partes dañadas de nuestro ser.
Tal y como indica San Juan de la Cruz, lo que se aprende de este encuentro con el lado sombrío de uno mismo es (1) humildad y (2) el principio de una verdadera compasión por uno mismo y por los demás...
...La Noche es un despertar brusco en el que exponemos ante nuestro conocimiento consciente, y muchas veces incluso ante los demás, esas partes demoniacas de nuestro ser... Una vez que, finalmente, hemos comenzado a enfrentarnos completamentea a nuestros propios demonios interiores, ya no nos precipitamos a juzgar y a mirar con desprecio a los demás. Nos damos cuenta de que nuestra "bondad" no es nuestra en absoluto, sino que es un don, como todos los demás, que nos ha enregado Dios, quien, como dijo Jesús, es el único poseedor de la bondad (Lucas 18-19).
Antes de que llegara este momento, sólo éramos capaces de sentir verdadera compasión... por los amigos, familiares o correligionarios... Todavía éramos incapaces de sentir compasión en un sentido continuo, completo y universal. En su lugar, normalmente sentiamos lástima por los demás, a los que juzgábamos... como personas menos virtuosas o menos pudientes que nosotros... La mal llamada compasión no es en realidad más que una manera simplista de despreciar a los demás. La compasión como virtud, es decir, como una actitud de empatía permanente hacia todas las personas, sólo sobreviene después de la noche de los sentidos.
Cuando hablo de compasión, estoy utilizando un término contemporaneo como el término que se corresponde con el objetivo de la espiritualidad budista. La compasión, en el sentido budista y en el sentido que estoy describiendo aquí, es idéntica al amor cristiano, el amor incondicional sin prejuicios, que es el objetivo de la espiritualidad cristiana. El objetivo de la noche oscura de los sentidos no es otro que la aparición en una persona de la capacidad espiritual de sentir amor universal.  Durante este pasaje, nuestro corazón, el punto focal de nuestro cuerpo astral, se abre, después de haber estado virtualmente cerrado desde la infancia por todos nuestros temores. Al transformar esos temores, finalmente podemos comenzar a saber lo que significa amar y comenzamos a amar verdaderamente, como hizo Jesús.
Esta noche oscura de los sentidos puede durar años, y de hecho suele ser así. Debido a toda la negatividad que se trasmuta al ser liberada en el conocimiento consciente, suelen ocurrir todo tipo de cosas negativas en nuestra vida. esto se debe a que los pensamientos y la emociones negativas (conscientes o inconscientes) producen a través de las leyes de la manifestación, consecuencias negativas externas en la vida de las personas. Esto es lo que siempre ha ocurrido, por supuesto, pero ahora por fin podemos ser conscientes de este hecho. .. Por tanto, podemos trabajar con los elementos externos para curar los internos, y recíprocamente podemos trabajar con los sueños para comprobr nuestros progresos respecto a ambos... De ese modo, comenzamos a aprender el arte de ser conscientes en todo momento de nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos, en diálogo con las circunstancias externas...
...Otra razón que explica por qué cada vez es más importante disciplinar nuestros pensamientos y especialmente nuestro discurso, es que nuestro poder para afectar al mundo externo por medio del pensamiento y el discurso crece exponencialmente a medida que ascendemos por los niveles de conciencia... Debemos volvernos mucho más responsables de vigilar lo que pensamos y lo que decimos para que no dañemos nuestra vida o el mundo en sí. Necesitamos aceptar la plena responsabilidad del cada vez mayor voltaje de nuestra capacidad de manifestarnos...
...Finalmeente, la "noche" llegará a su conclusión natural...
...Con el final natural de la noche de los sentidos, tal y como indica San Juan de la Cruz, encontraremos que "nuestro hogar ahora está en calma". Nuestra conciencia, por tanto, pasará al nivel siguiente, el de la conciencia sutil, al que ahora nos encaminamos."
(Jim Marion: Desde dentro de la mente de Cristo)