"Lo que ustedes le ofrecen a alguien más si quieren ofrecer sanación espiritual
es realmente un cambio de percepción. En lugar de enfocarse en sus
problemas, en sus asuntos y en sus sentimientos de incapacidad, ustedes se
enfocan en su esencia, en su totalidad, en su radiante belleza. Si hay algo que
dar por parte del sanador espiritual, es el don de la verdadera visión.
Si ustedes son capaces de mirar más allá del dolor, de la ira, del miedo y del
comportamiento autodestructivo de alguien, y ven el ángel de luz en su rostro,
ustedes le ofrecen algo muy precioso. Al mirar su verdadera esencia, ustedes
dulcemente la están invitando y la están llamando a que se haga presente.
Percibir el verdadero poder y la luz interior de alguien más, incluso si no se
muestran en la superficie, es como llamar a alguien por su verdadero nombre.
Nada es tan poderoso como ser llamado por tu verdadero nombre.
Toda la sanación espiritual viene desde adentro... Ustedes no están sanando a nadie. Ustedes están creando el espacio de apertura,
de estar sin juzgar, lo cual invita a la otra persona a mirarse con apertura y
compasión. En lugar de tratar de resolver algún problema por fuera, ustedes se
están conectando con el alma de la otra persona y están sosteniendo para ellos
una visión de confianza y claridad... Ustedes están intentando devolverle a la otra persona su grandeza, en
lugar de enfocarse en su pequeñez. Trabajar con alguien a nivel del alma
significa que ustedes le muestran su responsabilidad por su propia vida. Debido
a que ustedes hacen esto amorosamente y sin juzgar, esta responsabilidad no se
sentirá como una carga. Se sentirá habilitante y liberador tomar
responsabilidad. Al creer realmente en los poderes creativos de la otra persona,
ustedes le reflejan su propia fuerza a través de vuestros ojos y palabras. Al
enfocarse en lo que es completo e inmaculado en ellos, ustedes lo refuerzan."
(P. Kribbe)