"Diré de la alegría, aunque regresen
esas noches sin fe en las que apuramos
un vino de rencor; aquellas horas
de hosco abatimiento en que uno envidia
la vida de las bestias. A pesar
de la anciana palabra, no hecha acaso
para decir la dicha. Aunque después
la traicionemos siempre. Aunque al final
siempre haya que pagarla: no se es
feliz impunemente".
(Miguel Ángel Velasco)